CUENTO TERRORÍFICO

Durante la pasada estación de invierno, una noche fría con viento y lluvia fue la peor noche para cinco chavalotes.

Hugo, Daniel, Ricardo, Marco y Arantxa eran alumnos de magia terrorífica en un colegio encantado llamado “Truco y Trato”. El colegio estaba situado en un bosque frondoso, con una cascada por donde, según cuenta una leyenda, arrojaban personas.

Era un internado en el que los niños se quedaban a dormir.

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Habían terminado de cenar pizza de cuatro quesos, era su cena favorita. Las monitoras del comedor les mandaron cepillarse los dientes

Marco creyó escuchar una motosierra mecánica en el cuarto de al lado. Salió a contarlo a las monitoras, a sus compañeros y a sus profesores. Pero sólo sus compañeros le creyeron.

Al mismo tiempo, Daniel olió algo extraño y desagradable (como un pedo oloroso) que provenía de la cocina.

Ricardo que estaba ya acostado en su cama, oyó algo raro dentro del armario, como si alguien estuviera atrapado dentro de una jaula.

Hugo había ido a sacar la basura y sintió como si alguien estuviera espiándole en medio de la noche, porque vio una sombra alejarse rápidamente.

Arantxa estaba en el sótano buscando una linterna porque había un apagón, cuando de repente oyó un batir de alas.

Todos estaban un poco asustados y sospechaban que algo iba a ocurrir…

Cuando todos ellos estaban ya en sus camas, dispuestos a dormir, comentaron lo que había ocurrido. Pensaron que alguien intentaba asustarles o gastarles una broma pesada.

Entonces ellos pensaron un plan para protegerse. Hugo y Daniel se esconderían en la cocina, dentro de los armarios de la despensa. Allí esperarían a que alguien entrase y así ellos podrían saber quién es.

Marco y Arantxa, se esconderían debajo de las camas para poder descubrir quién hacía el ruido dentro del armario.

Y Ricardo, sería el encargado de preparar unas trampas: colocaría hilo de pescar con cazuelas para que cayese encima de alguien que pisase el hilo. Otra trampa sería hacer un enorme agujero y taparlo con una alfombra. Otra, preparar un pastel muy apetitoso que cuando se come da mucho sueño. Y la última poner un chicle con superpoderes de pegamento en el suelo para que quien lo pise quede atrapado. Sólo la magia podría eliminar todas las trampas. 

Mientras Marco y Arantxa esperaban debajo de la cama vieron abrirse la puerta del armario y dentro de él estaban atados y con la boca vendada los monitores. Rápidamente les desataron y volvieron a esconderse porque escucharon unos pasos.

Un personaje pequeño con la cara tapada por una horrible máscara, que llevaba una gran motosierra en sus manos, caminaba por el pasillo, cuando de repente, pisó la alfombra trampa y cayó en el agujero.

Un olor muy fuerte y apestoso se acercaba; era Fredy, un personaje con cuchillas en sus dedos y con la cara llena de cicatrices. Quería ayudar a su amigo atrapado en el agujero. Pero…pisó el hilo transparente y quedó atrapado entre sartenes y cazuelas. 

En el comedor, se encendió la tele…pero se quedó sin señal, no se podía ver ningún canal.

De repente, unos ojos brillantes, sentados en medio del sillón se levantaron para coger el mando de la tele. Pero pisó el chicle con superpegamento. Ese monstruo con cabeza de pulpo y pies de dinosaurio intentó batir sus alas para escapar pero, no podía, era imposible.

Por último Scream y su amigo terrorífico niño vampiro sintieron hambre así que fueron hacia la cocina. Allí olía muy bien a bizcocho recién sacado del horno. Se abalanzaron sobre el para comérselo entero. Arantxa y Marco salieron del armario y dijeron: ¡Dulces sueños!

Al instante, los dos monstruos quedaron secos y roncando como un tronco.

Los chicos encerraron a los cinco monstruos en una jaula y llamaron a los profesores. Decidieron darles la oportunidad de ser buenos, educándoles en el colegio. A los monstruos les pareció bien porque estaban hartos de ser malos, como sus padres, y querían tener amigos.

Para celebrar que estaban todos muy contentos hicieron una fiesta de Halloween en la que había: tarta de calabaza, vampiros, chuches de murciélago, ojos y gusanos de gominola, etc.

Unai, Naiha, Braian, Julio, Hugo, Christian y Marco.