En el bosque de Hojaverde,
vivían un montón de animales. La convivencia entre ellos era buena, tan sólo
había un problema: la ardilla Ratatui era muy bromista. Tanto que llegaba a ser
un problema inaceptable, porque molestaba a todos los animales del bosque.
Por las noches, cuando los
animales dormían, Ratatui se acercaba silenciosamente hasta ellos y les hacía
un ruido molesto cerca de su oreja. Chascaba los dientes y también hacía ruidos
como si fuera un lobo: auuuuu.
Así que, los animales se
despertaban asustados y enfadados porque sabían que era una broma pesada de
Ratatui.
Pasaron los días y los
animales se reunieron en la madriguera del zorro Luis. Allí comentaron un plan
para vengarse de la ardilla. El búho Gustavo, pensó lo siguiente: cuando
llegasen los meses de invierno y Ratatui se fuera a hibernar, todos los
animales formarían una gran orquesta.
Así pues, durante el verano
y el otoño, los animales fueron ensayando con sus instrumentos musicales.
El zorro tocaría el tambor,
el búho la trompeta, la hormiga los chinchines, el oso panda la tuba, el ratón
la flauta, el mapache el banyo, la serpiente la guitarra eléctrica, el camaleón
el piano…
Estaba acabando el otoño y
Ratatui se fue despidiendo de sus amigos con sus bromas porque llegaba el
invierno y ella iba a pasar una temporadita roncando.
El resto de animales estaban
ansiosos porque llegase el invierno y poner en práctica su plan.
Al cabo de unos meses,
comenzó a nevar, ya no se veía a Ratatui por los árboles de Hojaverde, había
llegado el invierno.
Todas las mañanas bien
temprano, la orquesta quedaba justo alrededor del árbol donde dormía Ratatui y
a la de tres: comenzaban a tocar canciones como el piqui piqui, opa can stile,
el limbo, la gozadera, supermán, no hay dos sin tres y la favorita de la
orquesta bajo el mismo sol.
Ratatui primero abría un
ojo, luego el otro, luego respiraba muy profundo, abría su boca, gritaba “¿pero
qué es esto?” y salía a mirar por el hueco de su madriguera. Veía a sus amigos
tocar las canciones y muy enfadada volvía a intentar dormir.
Harta de todos los días lo
mismo, decidió construir unas orejeras contra los ruidos. Fue a su despensa,
comió una nuez y con la cáscara y una liana, construyó unas orejeras.
La música del DJ zorro era
tan fuerte que no le servía para nada. AL final llegó a un acuerdo con sus
amigos: ella dejaría de hacer bromas en los meses de verano, primavera y otoño
para que en invierno, sus amigos no la molestaran.
HUGO Y CHRISTIAN
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