martes, 16 de diciembre de 2014


CUENTO DE NAVIDAD

En el mes de diciembre Papá Noel enfermó. Se resfrió por pasar tanto tiempo fuera preparando regalos en el Polo Norte. Tenían un problema, no iba a haber regalos para los niños porque no iba a poder repartirlos en su trineo reluciente con Rodolfo y el resto de renos.. Papá Noel estaba triste y preocupado, ¿qué podía hacer?
Uno de sus duendes le dijo:
-“Papá Noel, ya encontraremos a alguien que reparta los regalos por ti”.-
-“Gracias duendecillo”- respondió Papá Noel.
Al duende se le ocurrió que el perro de Papá Noel, llamado Bolinche, podría repartirlos con ayuda de Rodolfo y los renos. A Papá Noel esta idea le pareció buenísima y sorprendente. Así que el duende le dijo al perro:
-“Bolinche, ¿podrías hacer el trabajo de Papá Noel?-
-“¡Guau, guau, pues claro que sí!- respondió Bolinche con ilusión y alegría.
Los duendes se encargaron de cargar el trineo con todos los regalos de los niños buenos para llevarlos a Cadrete. Bolinche se montó en el trineo y, nervioso, alegre e ilusionado, emprendió su viaje hacia Cadrete junto a los duendes ayudantes.
Bolinche llegó a Cadrete el 24 de diciembre, justo a tiempo para repartir todos los regalos en su saco durante toda la noche de Noche Buena. Los niños del colegio de Cadrete se pusieron muy contentos cuando vieron que tenían regalos. Pero al ver las huellas de perro se preguntaron:
-“¿Quién ha repartido los regalos?”
Los niños de Cadrete nunca llegaron a averiguar quién había repartido esa Navidad  sus regalos, pero gracias a Bolinche volvió la Navidad al colegio.
Papá Noel, muy feliz, le dio un premio a Bolinche y
Colorín colorado, este cuento navideño de Marco se ha acabado.

                                     Marco Cubillana



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